El
pasado sábado 25 de agosto, se estrenó en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño el
esperado musical Anita la huerfanita,
bajo la producción de Heli Berti y Carlos Sedan, la dirección general del
maestro Orlando Arocha, junto a las coreografías de Armando Díaz, el
acompañamiento musical de la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho de la
mano de Vladimir Pérez Peraza, la escenografía de Ricardo Morales y María Luisa
de Escotet como vestuarista.
Finalmente
los caraqueños pudieron apreciar el esfuerzo de 50 actores, 40 músicos, 20
bailarines y 48 niñas, que durante seis meses de ensayo estuvieron preparando
el espectáculo que hoy se exhibe en el coso de Bellas Artes y que extenderá su
temporada hasta el domingo 2 de septiembre.
La
historia:
La
pequeña Anita, representada en esta ocasión por las niñas: Dangelys Canabal, Daniella Ravelo, Mairilys
Pensa, es una
huérfana que vive en un orfanato regentado por la Señorita Hannigan (Alicia
Plaza), una mujer malvada que odia a la niña. Por azar, Anita entra en la vida
del millonario Oliver Warbucks (Miguel Ferrari); éste, en un primer momento, se
muestra contrariado por la intrusión, aunque empieza a tomarle afecto a la
pequeña y decide adoptarla.
Sin
embargo, Anita sigue decidida a conocer a sus verdaderos padres, ignorando que
fallecieron en un incendio años atrás y pide ayuda a su protector quien mueve sus contactos para poder conseguir a los
padres de la niña, ofreciendo además una jugosa recompensa. Una pareja de
bribones, Gallito (Carlos Arráiz) y Lily (Elaiza Gil), se hacen pasar por los
padres, ayudados por la Señorita Hannigan, hermana de Gallito, en la confianza
de acceder al dinero. Sin embargo, el día de Nochebuena se descubre el engaño y
Gallito, Lily y la Señorita Hannigan son finalmente detenidos.
Toda
esta historia parte de los comics que en los años 20 hicieron popular al
personaje y sus aventuras en búsqueda de sus padres y que generaron versiones
teatrales, musicales y hasta en el cine.
Orlando
Arocha y Heli Berti, son hombres de larga experiencia en las tablas
venezolanas, respetados profesionales del arte escénico que al embarcarse en un
proyecto de esta envergadura, saben lo que están haciendo y cómo es la manera
de hacerlo, lo demostraron la noche del sábado cuando ofrecieron un musical
cuidado en detalles, apegado a la época que exige la historia, con adecuadas
actuaciones y con una producción impecable que demuestra una vez más que los
profesionales del teatro en nuestro país se encuentran a la altura de cualquier
grupo foráneo.
Sentimos
que un pilar fundamental de este espectáculo, como es normal, reside en las
coreografías, tratándose de un musical, el elemento fuerte además del canto y
la actuación, es el baile y aquí debemos aplaudir la labor de Armando Díaz,
bailarín profesional, líder de la Compañía de danza contemporánea Siete Ocho y quien en pocos años se ha
convertido en uno de los nombres más importantes de la danza contemporánea en
nuestro país. La puesta en escena de Anita
la huerfanita, junto al dibujo coreográfico, realizan una feliz comunión
produciendo en su justa medida la magia que se requiere para este tipo de
montajes. Acompañados por la correcta ejecución de la Orquesta Sinfónica Gran
Mariscal de Ayacucho, lograron amalgamar junto al talento artístico sobre la
escena un conjunto fascinante que engancha inmediatamente al espectador.
La
tradición del musical no es una exclusividad de nuestro país, ha sido en los
últimos años que hemos visto cómo este género escénico ha tomado más adeptos y
son ahora más los productores que se arriesgan a una inversión millonaria para
llevar a escena obras de este calibre, lo vimos el año pasado de la mano de
Magno Producciones cuando presentaron Cabaret,
en la misma sala, o con los que abrieron la brecha, el colectivo Palo de Agua
Producciones que concretaron el montaje de Los
productores o El violinista sobre el
tejado y hasta Jesucristo súper
estrella. El más reciente fue La
novicia rebelde, que nos deleitó bajo la dirección de Vicente Albarracín. Definitivamente
los venezolanos están agudizando el gusto por este tipo de espectáculos, nada
fáciles de llevar a escena, en tanto suponen una cantidad mayor de personal
artístico y una coordinación milimétrica entre todos los factores que entran en
juego para la ejecución óptima del musical.
En Anita la huerfanita, se aprecia
claramente la mano de un experto director escénico que no deja detalles por
fuera, hay cuidado en las actuaciones y sobre todo sorprende la ejecución de
las niñas que asumen el papel protagónico y sus compañeras de orfanato, quienes
se muestran seguras y con una calidad vocal envidiables ya a su edad, estamos
seguros que oiremos hablar de estas infantes en su desarrollo artístico.
Del
elenco de veteranos resalta el trabajo de Carlos Arráiz en el papel antagónico,
demuestra su crecimiento como actor en este tipo de trabajos. Elaiza Gil, quien
lo acompaña como pareja luce menos aplomada que Arráiz, pero estamos seguros
que con el correr de la temporada dará soltura a su divertido personaje,
entendemos también que asumía parte del rol de producción lo que seguro restó a
la interpretación. Aplaudimos la reaparición de Alicia Plaza que se explaya y
logra un desenfadado carácter sobre la escena. Por su parte hay que destacar el
impecable trabajo de Andrea Sousa como Grace Farrel, la asistente del
millonario Oliver Warbucks, extraordinaria ejecución y presencia escénica,
demostrando su talento y preparación en las lides del teatro musical. Junto a
ella el veterano actor Miguel Ferrari da muestras de su manejo escénico e
innegable calificativo de primer actor.
Estamos
seguros que el equipo de producción de Anita
la huerfanita, debe estar satisfecho con el logro alcanzado, en un
dinámico, conmovedor, inteligente y hermoso espectáculo musical que demuestra cómo
en el país se pueden lograr las cosas cuando se trabaja de forma profesional y
en pro de hacerlo bien.
@rosasla
Caracas,
27/08/2012
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