sábado, 28 de abril de 2012

Una ensalada multisápida


El Centro Cultural BOD Corp Banca, nuevo polo cultural del Este de Caracas, ofrece una variada marquesina en sus tres espacios destinados para el teatro en sus distintos horarios. Uno de ellos es la producción llevada adelante por el Grupo de Teatro del Canovaccio, liderado por Mario Sudano y Desireé Monasterios, quienes se lanzaron a la aventura de releer los clásicos sainetes del teatro venezolano: Un salto atrás y El rompimiento de Leoncio Martínez (Leo) y Rafael Guinand, respectivamente. Bajo la dirección escénica de Sudano, la producción de Monasterios y la protagonización de los primeros actores: Francis Romero y Manuel Salazar, junto a Lily Rodríguez quien vuelve a los escenarios venezolanos después de una larga estadía en el país galo, acompañados de un elenco de jóvenes promesas de nuestras tablas.

Mario Sudano es uno de nuestros artistas teatrales más versátiles, desde principio de los años 90 está buscando hacerse un lugar dentro del variopinto espectro de la escena caraqueña. Se vino de su Maracaibo natal para comenzar estudios en la Escuela de Artes de la UCV, e inició una batallante carrera que lo llevó a pertenecer a agrupaciones como el Centro de Directores para el Nuevo Teatro, Contrajuego y el Circuito Arte Cénica, antes de montar carpa aparte con su Teatro del Canovaccio. Este hombre de teatro, no sólo se conformó con su talento actoral, que ya es por todos conocido, si no que se aventuró a la docencia, a la dirección y producción para concretar un lenguaje propio a través de su investigación particular que parte de la pantomima como género escénico.

Para él, el actor es más que un simple intérprete de textos, en sus montajes existen los artistas integrales, esos que pueden ser dúctiles para bailar, cantar, actuar, ser mimos, moverse y gesticular de forma distinta a lo acostumbrado, por eso muchas veces sus investigaciones escénicas pueden ser malinterpretadas. Esta nueva lectura de las comedias venezolanas de los años 20 no escapan a este particular y por eso es que decidió intitularlo: La ensalada, queriendo emular lo multisápido y colorido que puede ser este platillo de entrada o acompañante de cualquier plato fuerte de nuestras mesas.

Y es así su montaje, multisápido, lleno de contrastes y quizás a los más ortodoxos pueda parecer una locura. Somos del pensar que el género del sainete en nuestro país desde su aparición y “boom” en los comienzos del siglo XX son la definitiva y gran influencia de todo nuestro teatro posterior. Forman parte del gen de ser venezolano. Desde esa época hasta nuestros días, los escritores teatrales, salvo contadas excepciones más nunca abandonaron el sainete y se puede tender una raíz clara para definir nuestro arte escénico. Mario Sudano está conciente de ello y por eso apela a estos clásicos que donde se monten funcionan por su estructura, anécdota y reflejo de la esencia venezolana.

Más allá de la risa fácil, los sainetes son una radiografía de la sociedad venezolana donde los temas de: “el qué dirán”, “los chismes”, “los devaneos amorosos”, “la comedia de enredos”, se mezclan para mostrar la forma de vivir cotidiana de unos seres que no esperan solucionar grandes ni trascendentes problemas si no la inmediatez de su vida doméstica. Esto causa la fácil identificación con el público.

Este espectáculo La ensalada, cumple su cometido. Existe en él una arriesgada propuesta escénica de mezcla de técnicas de la comedia donde lo exagerado y grotesco toma valor en el escenario y los personajes se convierten en caricaturas de lo que realmente son; para concretarse en una mueca del estereotipo de la comedia.

Si hay que llamar la atención sobre esta nueva puesta en escena de los sainetes venezolanos, es en cuanto al desnivel actoral mostrado en las tablas, ya que al poseer un casting tan disímil y mezclar veteranos con actores noveles es absolutamente fácil que se nos escapen detalles de ritmo, consistencia de los personajes e interpretación de texto. Lo señalado no se convierte en un pecado ni un error, más bien resulta una ventaja para los que están comenzando en las artes escénicas poder contar con el intercambio de grandes figuras como Francis Romero, Manuel Salazar, Lily Rodríguez, el mismo Sudano y Desireé Monasterios, quienes llevan años demostrando el talento y la sapiencia del oficio a través de sus trabajos. Sin embargo debemos destacar el trabajo actoral de Mercedes Pachula Benmoha y Billy Jakson, quienes entienden el ritmo y lenguaje tan difícil de este tipo de comedias, donde cada pequeño detalle determina el conjunto completo.

En síntesis La ensalada, es una buena opción para reencontrarnos desde una trasgresora propuesta escénica con nuestros clásicos teatrales y pasar un agradable momento tratando de entender por qué ha nacido un “niño negro” en una familia y los devaneos amorosos del sinvergüenza Esparragoza, que va engañando con sus encantos a las mujeres de la misma cuadra.


L.A.R

Caracas, 26/04/2012
Comentarios: luisalbertorosas@gmail.com

martes, 17 de abril de 2012

Crónicas de un festival anhelado (II)



El pasado domingo 8 de abril culminó la esperada fiesta teatral de Caracas, que por seis años permaneció durmiendo el sueño de la negligencia oficial por el arte teatral. Sin embargo contra viento y marea se logró llevar a cabo con un éxito innegable y funciones enteramente agotadas y a

grupaciones extranjeras y nacionales que debieron hacer representaciones extras de las planificadas debido a la demanda de público.

Si quisiéramos hacer un balance de la segunda semana y final del FITC 2012, necesariamente debemos afirmar que este fue un festival en donde la palabra fue lo más importante. Donde el texto teatral estuvo por encima de puestas espectaculares o impactantes como en otrora. Los grandes protagonistas, sin lugar a dudas, fueron los dramaturgos, que de distintas latitudes ofrecieron sus pro


Malayerba: Cuando la cárcel sólo es físicapuestas.


Dos hombres privados de libertad se reúnen todos los domingos a recrear historias y así mitigar la realidad. El Quijote y Sancho Panza son la inspiración del Maestro Arístides Vargas, quien vuelve a sorprender con un sencillo pero contundente espectáculo. La razón blindada, se intitula este montaje que visitó el escenario del remozado teatro César Rengifo, del Casco

Colonial de Petare, para fortuna de todos los caraqueños. La dramaturgia de Vargas es bastante conocida en nuestro país, su agrupación Malayerba es un colectivo teatral de referencia obligada en cualquier festival internacional de teatro del mundo, se erigen como el grupo teatral ecuatoriano más importante y nos han visitado desde los a

ños 80 un sinnúmero de veces. En esta ocasión Vargas vuelve a apostar por sus personajes que erigen realidades paralelas para soportar las vidas que les tocó vivir y con su astucia y verbo inteligente construye una historia conmovedora de principio a fin donde lo cotidiano y cruel se vuelve poesía en el verbo de los personajes.

Donde los sentidos se agudizan y calan hondo en el espectador que inevitablemente se engancha con la anécdota y acompaña a estos dos hombres (Gerson Guerra y el mismo Vargas) a levantar mundos imaginarios que les permitan no ver cómo pasa el tiempo en una cárcel. Una cárcel que puede ser cualquiera de nuestras cárceles y no sólo aquellas que privan de libertad a los seres humanos por comete

r alguna fechoría.

El espectáculo minimalista, ofreció la lucidez de una agrupación con veinticuatro años de experiencia con sólidas propuestas actorales que permitieron dar rienda suelta al talen

to de los histriones. Una vez más Arístides Vargas y Malayerba dan muestra del verdadero teatro profesional latinoamericano, sin alardes espectaculares, pero con la contundencia del verbo teatral.

España Inolvidable


Dela península ibérica nos visitaron dos agrupaciones, a saber: Teatro Meridional y Sarruga, respectivamente. La primera es una compañía no sólo teatral sino también cinematográfica que han venido cosechando grandes reconocimientos en su España natal desde 1992, fecha en que se fija su creación. La propuesta de Teatro Meridional, fue el monólogo Calisto, para nosotros una poética de la construcción del personaje y el trabajo del actor, que ningún hombre o mujer de teatro debió dejar de ver. En un texto original de Julio Salvatierra, dirigido por Miguel Seabra, el personaje Calisto (protagonista de La Celestina) dialoga con un actor que lo representará y cuenta la historia de su recorrido como personaje en distintas ocasiones en que ha sido representado a través de la historia, así como los avatares que ha tenido que sortear para poder existir en la carne de un actor.

Lo impactante de este monólogo es cómo su intérprete, Álvaro Lavín (quien lleva ya 14 años representándolo) exprime las posibilidades de su aparato vocal y representa 24 personajes sólo con su voz y pequeños gestos característicos durante 70 minutos. Una verdadera clase de actuación y de sapiencia del oficio del narrador de historias que a fin de cuentas es un actor, sentimos fue uno de los mejores montajes escogidos para este FITC2012.

Foto cortesía de El universal

Por su parte, la agrupación Sarruga liderada por Pakito Gutiérrez, ofreció un despliegue mecánico y técnico con su propuesta de calle Insectos. Máquinas de tamaño gigante que recrearon mundos diminutos en gran formato. Aquí la ingeniería y la mecánica hicieron una feliz comunión con el teatro y la música para divertir a los más pequeños y sorprender a los más grandes. Insectos, más que un espectáculo teatral se concreta en un espectáculo visual donde el mundo se revierte ahora el ser humano es el diminuto y los insectos son los que dominan.

El circo francés

Desde Europa también nos llegó la posibilidad de disfrutar de la compañía Les Philebulistes y la pieza también de calle, Arcane, una puesta en escena de Simon Carrot y la destreza de los artistas: Maxime Bourdon y Sébastien Bruas. Una gigantesca rueda es la protagonista del espectáculo en el que los ejecutantes dan rienda suelta a sus habilidades y destrezas circenses: acrobacia, fuerza, plasticidad y riesgo es lo que exuda este espectáculo que en sólo media hora arrancó bravos del público.

La rueda sirvió para crear la metáfora del hombre y el ciclo de la vida y cómo el ser humano está determinado por los ciclos, la rueda gira indetenible para uno u otro lado quizás marcando un rumbo o determinado un destino.

El drama mexicano de la inmigración

Como teatro documental, es caracterizada esta propuesta escénica del grupo Teatro Línea de Sombra, que suma ya 20 años de vida artística. Bajo la batuta de Jorge Vargas, concretaron el espectáculo intitulado Amarillo, haciendo alusión a la población fronteriza entre México y Estados Unidos, donde los mexicanos arriesgan sus vidas por un futuro mejor, si logran atravesar la línea fronteriza y no desaparecen o mueren en el intento.

Un drama contado en innumerables ocasiones, el cine, la novela, la televisión y el teatro, son medios eficaces para relatar la fatalidad de estos pobladores. Partiendo de relatos reales, la agrupación armó un rompecabezas en donde la interacción con el video es fundamental. Quizás es esto lo que más llama la atención de la puesta de Teatro línea de Sombra, el hecho del manejo técnico acertado que permite apreciar el espectáculo desde distintas perspectivas. Para unos, muy conmovedor, para otros un tema harto conocido, pero recordamos la famosa premisa: “No es lo que se cuenta sino, cómo se cuenta” y sin lugar a dudas esta agrupación de teatro- danza, logró concretar un hermoso trabajo plástico a través de un álgido tema social y político, aunque sin ninguna contundencia actoral.

Chile futurista

Del Cono Sur, nos llegó el espectáculo Diciembre, de la compañía Teatro en Blanco. Tres actores, una mesa, una celebración: la navidad de 2014. En una proyección futurista, Guillermo Calderón (autor y director) se deja tentar por la ficción y narra lo que podría pasar si hay un enfrentamiento bélico por territorio entre Perú, Bolivia y Chile. El tema es la guerra y sus distintas perspectivas. Tres hermanos discuten la ida del varón al frente o su escondite para no arriesgar la vida. Posiciones encontradas, miedos, revelaciones y estragos de conflictos bélicos que hacen reflexionar al espectador acerca de lo inútil de la hostilidad entre los seres humanos. Paula Zúñiga, Mariana Muñoz, y Jorge Becker, son los encargados de interpretar este drama que comienza con una risa pero se transforma en una mueca, para poner sobre las tablas una realidad muchas veces sufrida y pocas veces superada, aunque se logre la paz. Un texto inteligentemente resuelto, y sólidas actuaciones femeninas es lo que ofreció Teatro en Blanco, para demostrar lo vivo y dinámico del teatro chileno actual.

L.A.R.

Caracas, 12 de abril de 2012.

Comentarios: luisalbertorosas@gmail.com

miércoles, 4 de abril de 2012

Crónicas de un festival anhelado (I)




Inauguración con doble homenaje

El jueves 29 de marzo comenzó la celebración, el telón se abrió para dar paso a la representación inaugural del XVII Festival Internacional de Teatro de Caracas 2012 (FITC) a cargo del Gr

upo Actoral 80 y con ellos terminaron seis años de ausencia, seis años de espera y seis años de aislamiento teatral e intercambio de propuestas e


La lectura escénica que Gené plantea se apega al texto “cabrujiano”, su énfasis está colocado en las actuaciones donde se demuestra la maestría del director y el talento innegable de

todo el elenco encabezado por María Cristina Lozada como Elvira Ancízar, dictando cátedra en la escena. Qué gusto escuchar los textos de José Ignacio de la voz de esta dama de la actuación. La secundan: Eulalia Siso como María Luisa, la composición que esta intérprete realiza del complejo carácter construido por Cabruja

s de esta tierna ilusionada por su novio no tiene otro calificativo que s

ublime. Héctor Manrique, es Pío Miranda, uno de los personajes íconos del teatro venezolano, Manrique se luce en la composici

ón de un atormentado fracasado, un Pío Miranda que tiene más vigencia que nunca. Conmovedor. Basilio Álvarez, encarna al tercer hermano Ancízar, Plácido, haciéndonos identificarnos de manera contundente con la venezolanidad no en vano esta interpretación le valió el premio Municipal de Teatro como Mejor Actor de Reparto del año en que se estrenó el montaje. Martha Estrada colmó d

e gracia el escenario y nos hizo reír con las ocurrencias de la más joven de las Ancízar, Matilde, que se desvive como fans del grandioso portento latinoamericano que era Carlos Gardel, encarnado coherentemente por Iván Tamayo. Completa el cuadro Juan Carlos Ogando, representando a Lepera el representante y asistente de Gardel.scénicas con el mundo. Nunca mejor escogida la pieza original del homenajeado José Ignacio Cabrujas El día que me quieras y para completar el broche de oro el segundo homenaje al recién desaparecido Juan Carlos Gené, quien realizó en 2005 ésta, su última dirección en suelo venezolano.

Escuchar el verbo de José Ignacio Cabrujas en boca de uno de nuestros me

jores colectivos teatrales siempre será un placer, más cuando estas letras escritas en 1978 parecen haber sido concluidas la noche anterior del estreno. La vigencia política nos hace reflexionar y definitivamente aseverar como lo hace Pío diciendo: “Aquí hubo un loco que nos extravió a todos”.

Argentina revisa las relaciones humanas

Paralelo a las representaciones de el día que me quieras, pero en la Sala Principal del trasnocho Cultural, pudimos disfrutar del colectivo teatral Timbre 4 provenientes de La Argenti

na, el polo más importante de desarrollo escénico del continente. De la mano del director y dramaturgo Claudio Tolcahir esta agrupación nos deleitó con la propuesta Tercer cuerpo, haciendo alusión a la tercera dependencia de una oficina. Emociones y conflictos se desatan en espacios simultáneos inteligentemente llevados a escena por Tolcahir, una oficina, una casa de una pareja, un consultorio y un bar, se mezclan para narrar de forma paralela un discurso actual y contundente sobre las relaciones humanas, relaciones de amor, de trabajo, de dependencia, de amistad. Toda relación supone un intercambio por lo menos entre dos personas que traen consigo sus miedos, esperanzas, frustraciones y complejos. En esta puesta en

escena se desbordan de una manera genial cuando la dramaturgia permite que el paralelismo confluya de manera inteligente para hilvanar las historias de vida de cada uno de los personajes.

Melisa Hermida, Daniela Pal, José María Marcos, Hernán Grinstein y Magdalena Grondona son el quinteto que demuestra solidez artística, talento y contundencia en su performance. Aunque la historia pueda parecer simple, se complejiza y logra calar en el espectador pues se trata d

e un universo vivido por cualquier persona común.

Bolivia Impactante

El Teatro de los Andes, provenientes de Yotala, localidad ubicada en Sucre, Bolivia, es el colectivo más representativo y que profesionalizó el teatro boliviano desde su fundación en 1991. Su trabajo y experiencia actoral ha sido disfrutada en nuestro país en varias ocasiones y esta vez nos impactan con su versión del clásico inglés Hamlet, de William Shakespeare, intitulado Hamlet de los Andes.

La filosofía del trabajo colectivo de Teatro de los Andes hace entender cómo pueden lograr esta magistral puesta en escena. Desde sus inicios constituyeron una hacienda-laboratorio teatral, donde viven, y se dedican 100% al trabajo actoral y de investigación.

Para esta edición del FITC decidieron probar suerte con uno de los directores más laureados del teatro boliviano Diego Aramburu, quien concibió una puesta en escena desnuda carente de elementos figurativos y con tres actores que encarnan el universo “hamletiano”.

Riqueza de imágenes, demostración de magnífico histrionismo en la interpretación y conjunción de todos los elementos escénicos nos permiten afirmar que en esta puesta en escena nada está demás y nada falta. Ya hacía muchos años que no teníamos la oportunidad de observar, conmovernos y disfrutar de un teatro de tan alta factura artística, una verdadera cátedra de dirección, actuación y producción, que se convirtió en nuestra opinión en lo mejor de la primera semana del FITC. Resulta imposible borrar de la memoria la célebre escena de la aparición del fantasma del padre de Hamlet pidiéndole que vengue su muerte; así como la tensión generada en la escena en que Hamlet (encarnado por Gonzalo Callejas) está a punto de asesinar a su tío (representado por Lucas Achirico) y no lo hace; pero sin lugar a dudas el mayor logro es la muerte de Ofelia (en la piel de la actriz Alice Guimaraes).

Un montaje que por su contundencia no debería dejar de ser visto, no sólo por el público en general, sino por estudiantes y jóvenes artistas de todas las disciplinas para poder entender cómo puede lograrse un producto extraordinario con la sensibilidad y la sencillez de los elementos que ofrece el arte teatral.

L.A.R.

Caracas, 04 de abril de 2012.

Comentarios: luisalbertorosas@gmail.com