lunes, 15 de agosto de 2016

Rojo pasión contra Negro razón


Conocí al actor Basilio Álvarez por allá en los primeros años de la década de los noventa cuando apenas se daban los primeros pasos del Festival de Teatro Estudiantil "José Ángel Porte Acero" del Ateneo de Caracas. Él lideraba, como lo sigue haciendo, a la agrupación Skena del Colegio Champagnat y yo daba mis primeros pasos como actor en el Taller de Teatro para Adolescentes del Ateneo. Me sedujo un montaje llamado La Noche en donde la interacción con el público y los efectos escénicos fascinaban al espectador. Desde ese momento hablar de Basilio era hablar de Skena, durante todos los años noventa y la llegada del nuevo siglo no dejaron de resaltar con sus montajes atrevidos y su preocupación por formar a las nuevas generaciones de actores, productores, directores y dramaturgos. A lo largo de los años continuamos encontrándonos en pasillos, teatros, premiaciones, estrenos y la vida nos ha demostrado que no equivocamos la profesión. 

Este introito me permite no solo hablar del génesis de Skena, si no de reseñar el trabajo de Basilio como actor en el montaje Rojo, acompañado de Gabriel Agüero y bajo la dirección de Daniel Dannery que cumple funciones en la Sala El Dedal de la Concha Acústica de Bello Monte y se enmarca en el II Festival de Teatro Estadounidense que realiza La Caja de Fósforos. Rojo narra la historia de vida del pintor Mark Rothko (Lituano-Estadounidense) quien desarrolla su trabajo artístico entre los años 20 y los 70 del siglo pasado, siendo considerado uno de los mayores representantes del Expresionismo Abstracto. La acción dramática que estructura el autor, John Logan, coloca al personaje central entre 1957 y 58 cuando realiza un contrato millonario para decorar un prestigioso restaurante de Manhattan y contrata a un asistente para dicho fin, un joven aspirante a pintor que se transformará a medida que entiende los preceptos artísticos del maestro en su mayor antagonista.

Pero ustedes se preguntarán ¿Por qué introducir los orígenes de Basilio Álvarez y Skena si se trata de la pieza Rojo, que no la produce esta agrupación? La respuesta es muy sencilla, apreciar el trabajo artístico de un actor fuera de su zona de confort (su agrupación habitual) resulta una aventura extraordinaria y es que con este montaje, Basilio Álvarez ha logrado hilar fino un atormentado Rothko que dista mucho de los caracteres antes realizados y creemos que con éste ha logrado una madurez actoral y un cambio sustancial que le hace conquistar otro peldaño en su carrera y conseguir un peso y madurez al permitirse salir de sus acostumbrados códigos bajo la carpa de Skena.



Todo lo anterior es gracias a la inteligente dirección de Daniel Dannery, quien supo conducir a sus intérpretes y crear un sutil espectáculo en el que la influencia cinematográfica determina la acción teatral. Dannery construye cuadros, fotogramas con su puesta en escena y logra que el espectador visualice a través de los ojos de sus personajes lo que no existe en la escena, difícil tarea de creación que da muestra de conocer hacia dónde se quiere orientar un texto dramático.

La hiperrealidad del montaje facilita la prevalencia de la acción y la utilización excepcional del silencio y el manejo orgánico de los objetos en escena, que convierte al espectador en un voyeurista real del enfrentamiento de dos fuerzas que inevitablemente chocan: la razón encarnada en el maestro pintor versus la pasión implícita en su asistente con el ímpetu de la juventud.

Por su parte la sutilidad y el mundo interior que crea Gabriel Agüero al encarnar al joven aprendiz, da cuenta de una correcta línea de trabajo que demuestra la inteligencia y el talento de un intérprete que sabe medir los matices de su creación; sin extralimitarse Agüero permite que el personaje fluya de forma natural y va mostrando la evolución de un personaje antagónico que logra su objetivo: hacer suyo los conocimientos del maestro y poder lograr que él mismo "pise tierra" y enfrente la realidad de un ego desgastado con el paso al ocaso de su fulgurante carrera aceptando la diversidad de las nuevas propuestas artísticas de las nacientes generaciones.  Amén de lograr exorcizar su violento pasado.

Una compleja propuesta dramática que vincula el mundo de las artes plásticas al del teatro, en donde debe prevalecer lo visual y que Dannery lo resuelve a través del poder de la palabra y la organicidad actoral en composiciones de cuadros cinematográficos que es lo que resulta de la puesta en escena de esta pieza ganadora en 2010 de un Premio Tonny a mejor obra dramática.

Todo artista veterano y en formación debe encontrarse con esta propuesta que re-plantea la eterna problemática de que el arte sea un producto comercial al servicio del lucro o responda a la pasión y el sentir del artista movido por lo que realmente quiere comunicar sin ningún interés que interfiera en su producción artística.

@rosasla / Instagram: @luisalbertor



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