Ya en el último día de festival, la fiesta
internacional del teatro en Caracas culmina con una sensación de satisfacción
por parte de los organizadores al ver cumplidos sus anhelos de traer a la
ciudad una pequeña muestra de algunas de las agrupaciones más importantes del
mundo y mostrar lo mejor de nuestro teatro. La gran conclusión, luego de
apreciar las producciones foráneas es darnos cuenta que el teatro venezolano tiene
de sobra propuestas y talentos que están a la altura y en muchas ocasiones
superan lo mostrado por las compañías extranjeras. Esto por supuesto no se
trata de una competencia, sin embargo sirve para medir el estado del músculo de
nuestro teatro con respecto a los países visitantes.
Un claro ejemplo de lo anterior fue la
desacertada selección de tres delegaciones españolas que a nuestro juicio no
aportaron nada al encuentro, hablamos de los espectáculos: Medea a la carta; El
intrépido viaje de un hombre y un pez y Mujeres,
los mismos lucieron añejos, sin propuestas estéticas interesantes y con débiles
actuaciones. Desconocemos las razones por las que se escogieron estas tres
compañías pero ya con el grupo La Zaranda, España quedaba extraordinariamente
representada, y se pudo haber escogido agrupaciones de otros tres países para
tener otra visión del teatro mundial.
Venezuela
se luce
Mi
madre Serrat y yo, presentado
en la Sala de Conciertos del complejo cultural BOD-Corp Banca, es una deliciosa
pieza del argentino Carlos De Matties, quien logra amalgamar una conmovedora
historia de la relación entre una madre y una hija y cómo éste vínculo puede
marcar a un ser humano para toda su existencia.
Julie Restifo (Lucía-Madre) y Samantha Dagnino
(Penélope-Hija) son las encargadas de contarnos la historia de esta mujer que
transitó su vida amando la música de Serrat y con la cual crió a su hija, lo
que la hizo un espíritu libre.
Inteligentemente dirigida por Daniel Uribe,
este espectáculo que péndula entre el teatro y el concierto musical, se nos
presenta como una excelente oportunidad de demostrar el talento de estas
féminas. La veterana Julie Restifo, encarnando a la alocada Lucía se muestra
conocedora a cabalidad de su oficio, dando evidencias de una extraordinaria
madurez como actriz, creemos está en su mejor momento. Por su parte Dagnino
sorprende gratamente, por su hermosa y acariciante voz, al lado de su talento
histriónico que no se deja apabullar por Restifo, todo lo contrario, toma su
energía y entre las dos construyen escenas verdaderamente fascinantes que
permiten al espectador dirfrutar y conmoverse siguiendo el hilo conductor de
las más emblemáticas canciones del maestro Joan Manuel Serrat. Hay que destacar
sin duda los arreglos musicales de Guillermo Carrasco, que terminan por dar un
cierre casi perfecto al conjunto de elementos que se conjugan en este
espectáculo. Nos encantaría escuchar un cd de Samantha con una recopilación de
estas canciones.
Un
gigante de mármol
Es el título que denomina el más reciente
espectáculo escrito y dirigido por Luigi Sciamanna, estrenado el pasado viernes
en la sede de la Asociación Cultural Humbolt y protagonizado por: Elvis
Chaveinte, Jorge Palacios, Marcos Moreno, Armando Cabrera y el propio
Sciamanna. Esta obra viene a cerrar el díptico del autor acerca de El David de
Miguel Ángel, junto con la pieza La novia
del gigante, estrenada el año pasado en el Teatro Trasnocho.
En El
Gigante de mármol, asistimos a la diatriba de la iglesia, los políticos y
los comerciantes, acerca de permitir el término de la realización de la
escultura en cuestión atendiendo a que Miguel Ángel ha interpretado, según
ellos, la historia bíblica de David venciendo a Goliat, de manera totalmente
absurda al construir un gigante de mármol y encima desnudo. Se ponen en
discusión de forma muy inteligente por parte del dramaturgo, grandes temas como
la libertad de creación, el artista defendiendo su idea, la castración del
poder, venga de donde venga y los intereses económicos que han persistido a través
del tiempo.
El logro de Sciamanna como director, es concretar
un amalgamiento y nivel de actuación en todos los intérpretes extraordinario,
junto a la estética planteada, sobre todo en las creaciones de vestuario
realizadas por Eva Ivanyi y Raquel Ríos. Aunque estática, la puesta en escena,
necesita de la no acción pues el texto es lo más importante. Sin embargo
creemos que el primer acto puede ser sintetizado en aras de que el conflicto
estancado no permita la reiteración infinita de las posiciones de cada uno de
los personajes.
Luego como esteta, el director logra momentos
poéticos bien resueltos en imágenes, pero sentimos la pieza tiene varios
finales que confunden al espectador, y esto es un traspié dramatúrgico. Creemos
la pieza culmina al momento de Miguel Ángel alucina con su David, la historia
del golpe de estado y la retórica política ya fue bastante discutida en el
primer acto y comienzo del segundo. A pesar de ello es un texto que apasiona
escuchar por las referencias históricas y el buen decir de los actores, sabemos
que con el correr de la temporada, obtendrá el ritmo y la síntesis necesaria
para que El gigante de mármol, se
convierta en una gran obra.
Mujeres
españolas pasadas de moda
La compañía La Quimera de Plástico, trajo a
esta XVIII Edición del FITC 2013 el montaje Mujeres
en el que se concretan dos monólogos del Premio Nobel Darío Fó y su compañera
Franca Rame, a saber: La mujer sola y El
despertar.
Dirigidos por Tomás Martín este espectáculo
lució extrañamente aburrido y sin ningún tipo de gracia, siendo esencialmente
una crítica en tono de comedia al rol de la mujer frente al machismo. Tema
harto conocido y trabajado que al ser remontado debe echar mano de disimiles recursos teatrales para que no se quede en el discurso gastado y pasado de moda
del feminismo. Aunado al desempeño actoral que necesita de una actriz que
maneje la comedia eficazmente, cosa que no ocurre con Selma Sorhegui.
Aunque son temas universales, quizá ya
convertidos en clásicos contemporáneos, estos textos de Fó y Rame hoy en día
para lograr la conexión con el público del siglo XXI tienen que entrar dentro
de la dinámica de la sociedad que hoy globalizada se mueve hacia otros
intereses.
En síntesis, sentimos que los montajes
venezolanos mostrados en este FITC 2013 han sido lo mejor que se ha podido
presentar en esta vitrina mundial del teatro, esto hace que nos podamos sentir
orgullosos de nuestros creadores escénicos y en definitiva concluir que el
teatro venezolano está más vivo que nunca.
@rosasla
Caracas, 31/03/2013
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