domingo, 31 de marzo de 2013

Crónicas de un festival posible (III)


Ya en el último día de festival, la fiesta internacional del teatro en Caracas culmina con una sensación de satisfacción por parte de los organizadores al ver cumplidos sus anhelos de traer a la ciudad una pequeña muestra de algunas de las agrupaciones más importantes del mundo y mostrar lo mejor de nuestro teatro. La gran conclusión, luego de apreciar las producciones foráneas es darnos cuenta que el teatro venezolano tiene de sobra propuestas y talentos que están a la altura y en muchas ocasiones superan lo mostrado por las compañías extranjeras. Esto por supuesto no se trata de una competencia, sin embargo sirve para medir el estado del músculo de nuestro teatro con respecto a los países visitantes.
Un claro ejemplo de lo anterior fue la desacertada selección de tres delegaciones españolas que a nuestro juicio no aportaron nada al encuentro, hablamos de los espectáculos: Medea a la carta; El intrépido viaje de un hombre y un pez y Mujeres, los mismos lucieron añejos, sin propuestas estéticas interesantes y con débiles actuaciones. Desconocemos las razones por las que se escogieron estas tres compañías pero ya con el grupo La Zaranda, España quedaba extraordinariamente representada, y se pudo haber escogido agrupaciones de otros tres países para tener otra visión del teatro mundial.


Venezuela se luce
Mi madre Serrat y yo, presentado en la Sala de Conciertos del complejo cultural BOD-Corp Banca, es una deliciosa pieza del argentino Carlos De Matties, quien logra amalgamar una conmovedora historia de la relación entre una madre y una hija y cómo éste vínculo puede marcar a un ser humano para toda su existencia.
Julie Restifo (Lucía-Madre) y Samantha Dagnino (Penélope-Hija) son las encargadas de contarnos la historia de esta mujer que transitó su vida amando la música de Serrat y con la cual crió a su hija, lo que la hizo un espíritu libre.
Inteligentemente dirigida por Daniel Uribe, este espectáculo que péndula entre el teatro y el concierto musical, se nos presenta como una excelente oportunidad de demostrar el talento de estas féminas. La veterana Julie Restifo, encarnando a la alocada Lucía se muestra conocedora a cabalidad de su oficio, dando evidencias de una extraordinaria madurez como actriz, creemos está en su mejor momento. Por su parte Dagnino sorprende gratamente, por su hermosa y acariciante voz, al lado de su talento histriónico que no se deja apabullar por Restifo, todo lo contrario, toma su energía y entre las dos construyen escenas verdaderamente fascinantes que permiten al espectador dirfrutar y conmoverse siguiendo el hilo conductor de las más emblemáticas canciones del maestro Joan Manuel Serrat. Hay que destacar sin duda los arreglos musicales de Guillermo Carrasco, que terminan por dar un cierre casi perfecto al conjunto de elementos que se conjugan en este espectáculo. Nos encantaría escuchar un cd de Samantha con una recopilación de estas canciones.

Un gigante de mármol
Es el título que denomina el más reciente espectáculo escrito y dirigido por Luigi Sciamanna, estrenado el pasado viernes en la sede de la Asociación Cultural Humbolt y protagonizado por: Elvis Chaveinte, Jorge Palacios, Marcos Moreno, Armando Cabrera y el propio Sciamanna. Esta obra viene a cerrar el díptico del autor acerca de El David de Miguel Ángel, junto con la pieza La novia del gigante, estrenada el año pasado en el Teatro Trasnocho. 
En El Gigante de mármol, asistimos a la diatriba de la iglesia, los políticos y los comerciantes, acerca de permitir el término de la realización de la escultura en cuestión atendiendo a que Miguel Ángel ha interpretado, según ellos, la historia bíblica de David venciendo a Goliat, de manera totalmente absurda al construir un gigante de mármol y encima desnudo. Se ponen en discusión de forma muy inteligente por parte del dramaturgo, grandes temas como la libertad de creación, el artista defendiendo su idea, la castración del poder, venga de donde venga y los intereses económicos que han persistido a través del tiempo.
El logro de Sciamanna como director, es concretar un amalgamiento y nivel de actuación en todos los intérpretes extraordinario, junto a la estética planteada, sobre todo en las creaciones de vestuario realizadas por Eva Ivanyi y Raquel Ríos. Aunque estática, la puesta en escena, necesita de la no acción pues el texto es lo más importante. Sin embargo creemos que el primer acto puede ser sintetizado en aras de que el conflicto estancado no permita la reiteración infinita de las posiciones de cada uno de los personajes.
Luego como esteta, el director logra momentos poéticos bien resueltos en imágenes, pero sentimos la pieza tiene varios finales que confunden al espectador, y esto es un traspié dramatúrgico. Creemos la pieza culmina al momento de Miguel Ángel alucina con su David, la historia del golpe de estado y la retórica política ya fue bastante discutida en el primer acto y comienzo del segundo. A pesar de ello es un texto que apasiona escuchar por las referencias históricas y el buen decir de los actores, sabemos que con el correr de la temporada, obtendrá el ritmo y la síntesis necesaria para que El gigante de mármol, se convierta en una gran obra.

Mujeres españolas pasadas de moda
La compañía La Quimera de Plástico, trajo a esta XVIII Edición del FITC 2013 el montaje Mujeres en el que se concretan dos monólogos del Premio Nobel Darío Fó y su compañera Franca Rame, a saber: La mujer sola y El despertar.
Dirigidos por Tomás Martín este espectáculo lució extrañamente aburrido y sin ningún tipo de gracia, siendo esencialmente una crítica en tono de comedia al rol de la mujer frente al machismo. Tema harto conocido y trabajado que al ser remontado debe echar mano de disimiles recursos teatrales para que no se quede en el discurso gastado y pasado de moda del feminismo. Aunado al desempeño actoral que necesita de una actriz que maneje la comedia eficazmente, cosa que no ocurre con Selma Sorhegui.
Aunque son temas universales, quizá ya convertidos en clásicos contemporáneos, estos textos de Fó y Rame hoy en día para lograr la conexión con el público del siglo XXI tienen que entrar dentro de la dinámica de la sociedad que hoy globalizada se mueve hacia otros intereses.

En síntesis, sentimos que los montajes venezolanos mostrados en este FITC 2013 han sido lo mejor que se ha podido presentar en esta vitrina mundial del teatro, esto hace que nos podamos sentir orgullosos de nuestros creadores escénicos y en definitiva concluir que el teatro venezolano está más vivo que nunca.

@rosasla
Caracas, 31/03/2013




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