Continúa la fiesta teatral en Caracas en medio
del ambiente enrarecido por las disputas políticas y la proximidad de un
proceso electoral, el FITC 2013 avanza mostrando lo mejor del teatro local y
foráneo. Un encuentro necesario para la reflexión y confrontación de nuestro
teatro con la actualidad escénica allende nuestras fronteras.
La Lupe,
la reina del desamor
El lunes 25 de marzo el coso de Chacao sirvió
de escenario para revivir a la “Gi gi gi” como ella misma solía llamarse.
Guadalupe Victoria Yoli Raimond, era su nombre de pila cuando nació en Santiago
de Cuba y antes de graduarse como maestra ya sabía cuál sería su destino: el
canto. Su peculiar voz y su desenfado escénico la llevaron rápidamente a ser el
centro de todas las miradas y comentarios en su Cuba natal, tanto así que al
triunfar la revolución castrista, fue expulsada de la isla rumbo a México por
considerársele “inadecuada” para el proceso, no retornaría jamás a su terruño
natal. Después de México se trasladó a Nueva York, donde comienza una
descollante carrera que la llevan a convertirse en la reina del Latin Soul.
Los cincuenta y sesenta fueron sus décadas de
mayor éxito, hasta que en medio de la vorágine de la fama, sus adicciones y
desenfrenos la llevaron a caer estrepitosamente y ser echada de lado hasta
finalizar casi indigente en el Bronx donde falleció en 1992 víctima de un
infarto.
Pero su vida y obra frente a los micrófonos se
ha convertido en mito, transformada en la monarca absoluta del desamor, La
Lupe, como se le conoce, ha acompañado los despechos de propios y extraños y
hasta en ícono gay se ha convertido. Sus formas de vivir e interpretar sus
temas la llevaron a ser una imborrable huella en la memoria colectiva de todo
amante latinoamericano.
Gabriel Díaz, director y dramaturgo venezolano,
residenciado hace ya 12 años en Alemania, escogió la fascinante vida de este
mito latino, para sintetizarla en el monólogo La Lupe, la reina del desamor, que lleva varios meses en temporada
en la Sala del Trasnocho Cultural y fue escogida para representar a Venezuela
en este XVIII Festival Internacional de Teatro 2013.
Mariaca Semprun fue la actriz seleccionada para
encarnar a esta diva que vivió “con el diablo en el cuerpo” como el nombre de
su primer long play. Aunque
diametralmente opuesta a su fisionomía, Mariaca logra acercarse al personaje en
cuestión, tarea sumamente difícil más cuando todo está en contra: físico, voz,
gestualidad, etc. La particularidad vocal de La Lupe obviamente es irrepetible
y sus coloraturas vocales jamás podrán ser igualadas, esto no es lo que busca
el espectáculo, pues si no sería un rotundo fracaso, y no lo es. Sentimos que
la escogencia de Semprún para esta tarea es acertada, reconocemos a una
talentosa actriz y cantante que deja la vida en el escenario con un impecable
desempeño. Creemos el problema está en un guión que pretende contar toda la historia
de la cantante (reto imposible por demás) y al intentarlo no profundiza dramáticamente
hablando en situaciones particulares que quizás hubiesen enriquecido mucho más
el montaje. Lo que se traduce en un texto totalmente plano. Aunado a una tímida
dirección que se conforma con entradas y salidas para cambios de vestuario
absolutamente nada teatral ni “espectacular”, en el sentido propio de la
palabra espectáculo.
Hay que destacar, al lado del desempeño de Semprun,
el trabajo musical y de arreglos que realizan los músicos en vivo conducidos
por Santos Palazzi, así como la dirección de arte del espectáculo.
Sin embargo, La Lupe, la reina del desamor, fascina al público adicto al
despecho que reconoce un producto de amplio deleite al reencontrarse con las
inolvidable letras de la “Gi gi gi” y poder admirar el esfuerzo extraordinario
de una intérprete que toma el escenario para sí y entrega su arte sin mezquindades.
Caracas, 28/03/2013
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