viernes, 16 de noviembre de 2012

La Compañía Nacional de Teatro respalda el teatro regional.


Muy lejos estamos de los tiempos en que la Compañía Nacional de Teatro era una agrupación que con elenco estable y sede en el Teatro Nacional en la Esquina de Cipreses, realizó una de las mejores gestas teatrales con tres producciones al año donde se mostró lo mejor del teatro universal y venezolano. Hablamos del comienzo de los años 80 y su líder Isaac Chocrón, impulsó todo un movimiento alrededor de la Compañía Nacional que dio sus frutos a posteriori en la camada de actores, directores, productores, escenógrafos, dramaturgos y técnicos que se formaron en la llamada época de oro de la compañía. Hoy estrenando nombre (ahora no es Compañía Nacional de Teatro, si no Centro Nacional de Teatro) y estrenando director, el sociólogo Alfredo Caldera, hombre de teatro, actor, diseñador de iluminación, nos traen a Caracas una muestra de las llamadas Co- Producciones con los estados.

En su evolución La Compañía Nacional, devino en una productora de espectáculos que en co-producción con otros colectivos teatrales de todo el país y con las propias comunidades han llevado la experiencia teatral a todo el mapa nacional. Eduardo Gil su director saliente, se propuso este proyecto que hoy se muestra en Caracas para pulsar la salud del teatro regional, en lo que se ha denominado “Muestra 24 co-producciones Teatrales” enmarcado en el proyecto denominado “Teatro para todos los venezolanos” es así como desde el 10 y hasta el 24 de noviembre en los distintos teatros del casco central de la ciudad, el Teatro Alberto de Paz y Mateos, la Sala Rajatabla, el Teatro Catia y el Teatro Cristo Rey, se podrán apreciar 24 espectáculos provenientes de todos los estados del país.



Portuguesa y Monagas abrieron la muestra
El pasado fin de semana, le tocó el turno a los teatreros del Estado Portuguesa y Monagas con sendos espectáculos que se exhibieron en los teatros nacional y Municipal, respectivamente. El Teatro Estable de Muñecos Tempo, trajo como equipaje una pieza de teatro histórico denominada: La colección del peregrino, tragedia sórdida en ocho partes obra original de Daniel Di Mauro que narra las vicisitudes del Tirano Aguirre en suelo americano.

Protagonizada por el primer actor Aníbal Grunn y dirigida por Carlos Arroyo, el espectáculo muestra en hora y media los últimos días de la vida de este colonizador español y el tránsito de su venganza en contra del rey. Según la historia, Lope de Aguirre representaría el primer grito de desconocimiento de la corona al separarse de las filas españolas y querer por todos los medios asesinar al rey y colocarlo en la macabra colección de cabezas que iba agrupando a medida que transitaba por los pueblos americanos. “Lope de Aguirre, natural de España, llega a América a mediados del siglo XVI, dispuesto a conquistar un “Nuevo Mundo” en nombre del Rey y la Corona. Al poco tiempo decide entrar al negocio de la venta de plata, razón por la cual es acusado de violación a las leyes de encomiendas y sentenciado a cien latigazos en plaza pública. Este acontecimiento trastorna la mente de Lope y decide vengarse del juez que lo sentenció, asesinándolo. Es condenado a muerte y se convierte así en un peregrino que huye” (Tomado del programa de mano de la obra)
La lectura escénica de Carlos Arroyo concreta un espectáculo de alta factura estética y teatral, se concentra en su protagonista y no es defraudado por su actor Aníbal Grunn, quien construye un complejo personaje oscuro, psicópata que raya en la demencia por su sed de venganza, demostrándonos una vez más por qué es calificado como uno de nuestros primeros actores. El resto del elenco lo acompaña y logran amalgamarse en actuaciones convincentes en las que destaca Karelis Zalazar como Elvira, hija del tirano y también asesinada por éste.

La armonía de elementos estéticos es la otra gran protagonista de esta pieza, gracias al diseño de vestuario, utilería y escenográfico de Rafael Sequera y la iluminación de Kelynson Berríos, se logra una particular atmósfera que nos traslada a las aventuras del legendario tirano. Quizás el acierto de la dirección llega a su cúspide al combinar las actuaciones con los muñecos y títeres (esencia de esta agrupación fundada por el Maestro Eduardo Di Mauro) pero que al enfrentarse a una puesta de teatro histórico como ésta, aporta dinamismo y síntesis a la historia.

En síntesis lo que se podría suponer como un teatro aburrido y falto de interés por su carácter histórico, se constituye en un poético e impactante espectáculo que cuenta la tragedia de un personaje olvidado por su crueldad, pero que con este texto logra ser reivindicado al presentarnos al Lope de Aguirre de carne y hueso con sus razones y padecimientos y sus obsesiones. 

Un Woyseck oriental.



Desde la ciudad de Maturín al oriente de nuestro país nos llegó la lectura escénica del clásico alemán Woyseck que inaugura el llamado Expresionismo alemán a medidos del Siglo XIX. Una fuerte crítica a la explotación del hombre y cómo es posible llevar a la locura a un ser minimizado por el poder, es lo que Büchner, su autor, quiso poner de manifiesto en este drama trágico. El montaje estuvo a cargo de la agrupación La brecha, colectivo teatral de larga data y tradición en Monagas y que Juan Ruedi ha sabido conducir sin desfallecer apuntándose en la historia teatral de nuestro país.

Esta vez Ruedi sede la dirección de este espectáculo a Luis Garván, quien ofrece una puesta en escena sumamente confusa y poco clara del clásico. El reto de este tipo de textos no sólo es la magnitud de ser por sí mismo un clásico, si no la forma en cómo Büchner teje la trama para llevar a la locura y posterior muerte de Woyseck. Esta propuesta luce poco creativa, sin ningún riesgo estético ni teatral, no existen justificaciones aparentes para tomar la decisión de montar un drama tan complejo y a la vez filosófico hoy en día.

Observamos el esfuerzo actoral, es claro que La brecha Teatro tiene un extraordinario curriculum comprobado en innumerables montajes que por más de 30 años han demostrado su sapiencia del oficio, sin embargo en esta propuesta equivocaron el rumbo. Gracias a una incorrecta dirección, el talento actoral sufre las consecuencias e histriones que sabemos y conocemos son profesionales comprobados sobre las tablas hacen su mejor esfuerzo por llevar adelante el espectáculo, que lamentablemente no llega a feliz término.

El teatro es así, la confrontación con el espectador que es el que tienen la última palabra, supone el riesgo para los artistas, algunas veces acertamos y otras no, sin embargo estamos seguros que con una revisión profunda de la propuesta de dirección y claridad en las intenciones podrán hacer de este espectáculo una excelente experiencia estética que podamos aplaudir de pie para recuperar el sitial al que nos tiene acostumbrados La Brecha.

Caracas, 15/11/2012
@rosasla

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