lunes, 8 de agosto de 2011

El día que la historia de la humanidad cambió


Era una mañana como cualquier otra, una mañana de verano, casi entrando el otoño en la ciudad de Nueva York, la gente en su rutina nunca imaginó cómo sus vidas estaban destinadas a transformarse en un horror.

Aviones secuestrados: atentados terroristas contra el World Trade Center, uno de los centros financieros más significativos de la ciudad. Uno de los íconos más famosos de la arquitectura de la Gran Manzana fue derribado en 50 minutos por dos aviones que penetraron sus entrañas con la furia de un proyectil indetenible e inevitable. Bajo la mirada atónita del mundo entero, el corazón de la ciudad más importante del mundo fue destrozado en mil pedazos y como un castillo de naipes las torres Norte y Sur se desplomaron, arrastrando con ellas a miles de personas inocentes y transformando definitivamente la seguridad del país más poderoso del mundo.

Este año se cumplirá una década de esa mañana nefasta que dejó muerte, guerra y desencajó la vida de la humanidad volviéndola más vulnerable, más aterrorizada y mucho más indefensa ante la furia y el miedo de los que creen son los amos del mundo.

El pasado viernes, el Grupo Teatral REPICO, estrenó su más reciente pieza, de la mano de uno de nuestros más prolijos dramaturgos: Gustavo Ott, quien en una audacia dramatúrgica, crea un texto impactante donde logra sintetizar los 50 minutos más terribles que nos ha tocado presenciar a la humanidad. En un despliegue de inteligencia y poesía, Ott consigue paralizar al espectador con el relato de las Torres Gemelas y asistimos a su agonía, quizás impensable que podamos escuchar la historia de su propia muerte de boca de la Torre Norte y Torre Sur, humanizadas, transformadas en dos mujeres ultrajadas que relatan su agonía minuto a minuto. Sólo una mente tan aguda y comprometida con su entorno puede imaginarse cómo padecieron estas moles de concreto su propia muerte. Sólo un artista de la talla de Gustavo Ott ha podido vislumbrar y ponerse en la posición de estos dos rascacielos y elucubrar desde el punto de vista humano cómo se agotaba su existencia.

Monstruos en el closet, ogros bajo la cama, es el título que decidió el dramaturgo colocar a éste, su más reciente obra, para significar el miedo paralizante que dejó el trágico suceso del 11 de septiembre de 2001 a todos los que lo vivieron y padecieron y a todos los que después de ver ese infierno más nunca pudieron conciliar el sueño y viven presas del pánico.

Bajo la batuta de la directora Consuelo Trum, REPICO logra una propuesta desgarradora sin exacerbaciones, ni dramatismos. Este es un gran acierto de la dirección. Ya que el relato de Ott es demasiado duro y penetrante como para revolcarse en el dolor. Más bien la frialdad y la contundencia con la que Trum maneja a sus actrices y cómo interpretan a los diferentes personajes, hace que el impacto sea mayor. Lenni Márquez y Valeria Castillo, son las arrojadas actrices que asumen la difícil tarea de encarnar a Las Torres Norte y Sur, respectivamente. Además de una cantidad de personajes que fueron protagonistas del suceso, dentro y fuera del Word Trade Center aquella mañana hace ya diez años. Hábilmente el dramaturgo intercala los relatos de los humanos: aeromozas, madres, hijos, padres, esposos, bomberos, rescatistas, etc. Que fallecieron o sobrevivieron al atentado en medio del relato atormentado de las dos torres que no entienden los que les pasan hasta que se ven demolidas a escombros.

Las actrices logran conmover y concretar un desempeño impecable que junto a la concepción estética de la puesta en escena, traslada al público al momento de la tragedia. Jesús Barrios (Escenografía); Joaquín Nandéz (Vestuario); Darío Perdomo (Iluminación) y Claudia Aponte (Música Original) engranan un equipo de estetas que logran impactar de manera eficaz al espectador y comprender la idea extraordinaria de su directora para conformar un espectáculo sólido que todo el mundo debe apreciar para entender de una forma hermosamente terrible, por qué aquel 11 de septiembre nos cambio la historia a todos.

L. A. R.

Caracas, 08 de agosto de 2011.

Comentarios: luisalbertorosas@gmail.com

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