jueves, 6 de octubre de 2011

Amén: ilumina nuestros lados oscuros


El pasado domingo 2 de octubre, culminó la primera temporada de la polémica pieza teatral llamada Amén original del catalán Carlos Bé, uno de los más laureados dramaturgos de la actualidad y que fue llevada adelante en su lectura escénica venezolana por el Grupo Teatro Forte, liderado por Wladimir Vera, en la Sala Experimental del CELARG.

Carlos Bé, decidido y sin tapujos apuesta esta vez por apostatar de la iglesia, y a partir de los acontecimientos, sórdidos acerca de los abusos sexuales por parte de personeros eclesiásticos, desarrolla un recorrido dramático a través de la violación de derechos humanos a homosexuales a través de la historia.

Lorca, quien en 1936 fue fusilado por su condición homosexual, el encarcelamiento de cinco mil personas en España en 1954 por mostrar una orientación sexual diferente, el asesinato de dos hombres iraníes, por sus preferencias homosexuales o el escándalo en 2005 de la iglesia católica cuando se hizo público los abusos a menores de edad, son los cuadros por los que nos pasea Amén en casi una hora de espectáculo que intenta mover las fibras más íntimas de la sensibilidad del espectador.

El Grupo de Teatro Forte con sus espectáculos presentados hasta el momento, se han montado en la palestra de la polémica, no sólo por los temas tratados, sino por la crudeza y desfachatez a la hora de llevaros a escena. Su director, Wladimir Vera, confeso perverso, pretende develarle al espectador el lado oscuro de los seres humanos, lado que todos tenemos y ocultamos en nuestras esferas públicas.

Con este montaje, Vera logra pulsar la sensibilidad del espectador de un tema que ofrece varias y delicadas aristas por donde plantearlo, él ha preferido un dispositivo escénico bi-frontal y una sala íntima donde el público logre mayor conexión con los actores y evidentemente con el tema. Apoyado con el juego técnico de luces y videos, el espectáculo se adentra en los abusos de derechos humanos a los gays pero sin tomar posición, es decir, es una vitrina para que el espectador saque sus propias conclusiones.

Por su parte la parte histriónica del espectáculo conformada por: Fedora Freites, Yurubí Soto, Elvis Chaveinte y Paul Gámez, luce cómoda y disfrutando de unos personajes que quizás puedan resultar cuesta arriba para cualquier actor que no haya tenido la experiencia homosexual, escenas subidas de tono, besos, caricias, provocaciones, forman parte de la performántica que el director exige a los actores, pero de eso se trata, el actor debe ser dúctil y desprejuiciado y ellos lo logran de forma convincente.

En cuanto a la estética de la puesta en escena, a cargo de Fedora Freites, logra recrear el mundo oscuro de los temas tratados, ingenioso vestuario que corrobora una vez más el compromiso artístico y la integralidad de los artistas de Teatro Forte.

Una mayor rigurosidad con el foco actoral, en el sentido de la consciencia de la bi frontalidad, sería la guinda que colocaría a este espectáculo el final feliz, y el cuido del ritmo escénico, en tanto para cada transición en las historias hay cambios de vestuarios y elementos, que estamos seguros fueron corregidos durante la temporada.

Una buena opción para conocer los caminos de la dramaturgia ibérica en Caracas y una oportunidad brillante para que este colectivo con diez años de trabajo, pueda continuar iluminándonos acerca de los resquicios oscuros de nuestros deseos y sombras…

L. A. R.

Caracas, 06/10/2011

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