lunes, 25 de abril de 2011

Resucita el teatro de arte: "Un informe sobre la banalidad del amor" y "Acto cultural"

No se puede negar que este año arrancó con buen pie en materia teatral y el segundo trimestre del año no se queda atrás, las propuestas que se estrenaron desde marzo de 2011 y hasta el momento, reflejan el resurgimiento del teatro de arte en las salas caraqueñas, un buen síntoma que permite afirmar que poco a poco retomamos los rumbos de un teatro preocupado más por su contenido que por su forma y nos alejamos de la risa fácil a mandíbula batiente.

De filosofía y amores prohibidos


La Asociación Cultural Humbolt, auspició y produjo un particular espectáculo que batió records de taquilla bajo la batuta del primer actor Luigi Sciamanna como protagonista y director, junto a la joven actriz Mariaca Semprum, quienes se encargaron de fascinar al público caraqueño con su lectura escénica del texto escrito por el argentino Mario Diament intitulado: Un informe sobre la banalidad del amor. Este montaje, toca las fibras más sensibles del espectador, al contar la historia de amor que vivieron los filósofos Martin Heidegger y su alumna Hannah Arendt; enmarcados en la nefasta época en que Alemania entraba en el Nazismo de Hitler. Ella Judía, él Pro Nazi y lo demás es historia, podemos imaginar cómo por décadas estos dos titanes del pensamiento filosófico moderno pudieron sortear los obstáculos de una amor imposible.

Lo más impactante de este espectáculo es ver cómo en el escenario se conjugan una dramaturgia inteligente, junto a un director excepcional, coronado por dos actores que más que representar viven su drama y es lo que definitivamente hace que el espectador se lance a la ovación como pocas veces hemos disfrutado en nuestro teatro. Un informe sobre la banalidad del amor, en su versión caraqueña es una de esas joyas de nuestro teatro que debemos observar y prestarle atención no sólo por la excelencia de su equipo de artistas, sino por su contenido y temática que justifican plenamente su puesta en escena en esta Caracas en tiempo de “revolución”.

El Acto cultural de Cabrujas aun sigue vivo.

No es de gratis que el Grupo Actoral 80 después de más de 30 años sobre las tablas continúe siendo una de las agrupaciones más importantes del país y su actual director, Héctor Manrique, uno de los más respetados puestistas de la actualidad, y es que el grupo que supo formar el maestro argentino Juan Carlos Gené, ha apostado siempre a producir el teatro adecuado para el tiempo que vive. Hoy convulsionan a Caracas con una nueva lectura del texto de nuestro dramaturgo más importante: José Ignacio Cabrujas y su apología sobre ser venezolano con Acto Cultural, pieza fechada en 1976 y que se ha transformado ya en un clásico del Teatro Venezolano.

La celebración del cincuentenario de la Sociedad Luis Pasteur de San Rafael de Ejido, a mediados de los años 20 del siglo pasado, es la anécdota discursiva donde Cabrujas centra a sus personajes, la conmemoración se llevará acabo con la representación del drama histórico: Colón Cristóbal, el genovés alucinado, escrito por el presidente de dicha Sociedad, Amadeo Mier. En medio de la representación se van cruzando y descubriendo las precarias vidas de estos seis personajes, sus miedos, carencias, frustraciones y el intento de una vida mejor pero la imposibilidad de alcanzarla.

Nunca hubo un mejor momento para enfrentar al público venezolano de 2011 con la triste y patética realidad de los habitantes de San Rafael de Ejido, quienes intentan representar algo que no son, y la falsedad, la máscara se cae, para definitivamente asumir que la realidad es tan contundente y patética que es insuperable.

Samantha Castillo, Juvel Vielma, Melisa Wolf, Angélica Arteaga, Daniel Rodríguez y Juan Vicente Pérez, son los encargados de fascinar al espectador con esa realidad escénica que trasciende a las tablas y nos refleja de forma irrevocable. Extraordinario acierto del visionario Manrique y su equipo a quien supo conducir para entregarnos un espectáculo pleno de categóricas actuaciones que conmueven.

En síntesis dos espectáculos que no se pueden dejar pasar por alto y a los que por su contenido y alta factura de dirección, producción, actuaciones y estética, dan un gran empuje a nuestro golpeado teatro que se resiste desde su trinchera, el escenario, contando por fin lo que nos pasa.

L.A.R

Caracas, 25 de abril de 2011.

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