miércoles, 15 de diciembre de 2010
¡2010 Baja el telón!
Cerramos 2010 y con él quedan atrás las propuestas de dramaturgos, directores, actores y productores que se las han jugado sobre el escenario caraqueño. Este año que está por terminar, ha dejado un sabor extraordinario a recuperación y a ganancia de nuevos espacios escénicos dispuestos a decir un contundente ¡No! A las intenciones de acabar con las ofertas culturales en la ciudad.
Si analizamos la marquesina de 2010 podemos fácilmente concluir que definitivamente la comedia comercial gana sobre el teatro de texto o llamado teatro de autor. Ciertamente la oferta teatral en Caracas gusto más este año de reír a mandíbula batiente junto a las grandes estrellas de televisión, y este particular no tiene otra explicación que los pocos o casi ningunos espacios que quedan para el trabajo en la pequeña pantalla, luego del cierre de uno de los canales más productivos en cuanto a dramáticos para televisión se refiere, los actores “de cartel” han decidido lanzarse a las tablas para poder subsistir.
En esta larga lista de propuestas, debemos señalar, además de lo anterior, que prevaleció durante el agonizante año los espectáculos de pequeño formato, y ganó mucho terreno el Stand up comedy. Por su facilidad de montaje, y su manejo de producción mucho menos complicado de una pieza teatral formal, amén de la comodidad para el actor en no tener que memorizar un texto ni crear personajes, sino cumplir un esquema y ser él mismo y su humor.
Gracias a este tipo de divertimento es que las artes escénicas han ganado espacios No Convencionales, que poco a poco tientan al público y pululan por toda la ciudad a saber: La Guayaba Verde, Teatro Bar, Capital Jazz, Java’s Bar, Li Bar, entre otros. Sin embargo podríamos afirmar que si hubo un cambio sustancial con respecto a 2009 y es que se demostró que se pueden realizar grandes montajes profesionales de teatro “de Arte” con recurso artístico televisivo y varias agrupaciones lo realizaron, permitiendo al público más neófito en el asunto teatral, disfrutar, reírse y reflexionar con autores más comprometidos y mensajes muchos más contundentes, disfrutando de sus estrellas favoritas sobre el escenario.
Veamos:
En el primer trimestre del año, se estrenó: Adán y Eva Caídos de la mata de coco…En la Sala de Teatro 2 del Centro Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG), el más reciente texto de la actriz, directora y dramaturga Lupe Gehrenbeck, una producción de Gladys Seco que lleva a escena a los jóvenes actores: Carolina Torres y Gabriel Agüero con sendos monólogos acerca de las relaciones de pareja.
Lupe Gherenbeck, nos entregó una libérrima suposición de lo que pasó después de que Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso. Coqueteando con el absurdo, la dramaturga y directora propuso la anécdota contada desde el trópico, asumiendo que si la historia bíblica nos la contaron desde el otro lado del mundo y se la han atribuido ellos, por qué no estos discutidos personajes pudieran haber sido originarios caribeños. El famoso ¿qué pasaría sí?… lo logra la hábil dramaturga además excusándose detrás de su historia para realmente vociferar a través de sus personajes los pro y contras de estar en pareja.
Creemos que pensar en los absurdos por el absurdo sin son ni ton no es necesario para trasgredir, requiere de una mayor elaboración para centrar los elementos que se presenten sobre la escena en congruencia con lo dicho y hecho por los personajes. Quizás el texto pudiese haber sido valorado y crecido si lo interpretase otro director que no fuese la misma escritora, muchas veces esto nos posibilita el distanciamiento y descubrir otras maravillas de lo propio.
Tomando café después de 30 años…
También en 2010 vimos en la Sala de Conciertos de UNEARTE a Julio Bouley, actor y director venezolano, residenciado hace ya varios años en París, quien nos brindó el unipersonal: Vamos a imaginar que nos estamos tomando un café treinta años después, texto escrito a cuatro manos por él y José Luis Pérez, que recreó las insólitas andanzas de un peluquero venezolano al descubrir el amor. Excesos, diversión, traición, sordidez, locura, engaños, van transitando por la escena durante una hora y media como capítulos de un melodrama que se va construyendo al compás de las canciones de amor, alegría, nostalgia y tristeza que el mismo actor interpretó en vivo junto al pianista Fernando Roa, quien colocó junto a su instrumento el peso dramático de los acordes que crean las atmósferas según sea el caso.
Quizás lo más resaltante de este monólogo, no sea el hecho de haber concebido un personaje completamente desnudo en alma y cuerpo (elemento que pudo haber sido la nota sorpresiva para el espectador) sino, la sencillez y el riesgo con el que Bouley transita por los momentos más intensos de una historia de amor gay con absoluto compromiso y autenticidad. Lo que se agradece en este tipo de trabajos es precisamente eso, la verdad de un actor, desnudo frente a su público entregando alma, vida y corazón en sincera comunión con el arte… ¡Bravo!
Las tríbadas de Strinberg
El año pasado, la Primera Actriz venezolana Diana Volpe decidió concretar un proyecto de vida y dio forma a la nueva agrupación Hebu Teatro. Con la que arrancó a realizar montajes de alta factura de producción, cuidada dirección, elencos teatrales de lujo y textos de autores contemporáneos que representan lo mejor del teatro universal actual.
Para abrir la temporada 2010 del Espacio Plural del Trasnocho Cultural, Volpe escogió una historia que transita entre la ficción y la realidad escrita por el dramaturgo sueco Per Olov Enquist. Considerado el escritor sueco más importante de la actualidad, el escritor nos deja penetrar en el círculo íntimo del famoso dramaturgo, también sueco, August Strindberg, para relatarnos una sórdida y escandalosa historia de su tambaleante primer matrimonio con la actriz Siri von Essen.
Amenazado por su pobreza, desesperado por ser ignorado por los editores, Strindberg decide luchar por el amor enfermizo de su esposa en contra de su “íntima” amiga Marie, con la cual Siri sostiene una relación lésbica que la arrebata de pasión, sin lograrlo, pues su matrimonio se encuentra tan viciado que su esposa decide por su amante, refugiándose por tanto maltrato de su marido.
Bajo la lectura escénica del veterano Costa Palamides, esta joya dramática cobra vida en las interpretaciones de Diana Volpe, Ludwig Pineda, Diana Peñalver y Elvis Chaveinte, un elenco de alta factura, que sabe y conoce su oficio. Grandes actores, los cuatro, como titanes se miden sobre la escena, lo que provoca un gran placer al brindar al público un espectáculo redondo cuidado en su más mínimo detalle, sentido, orgánico y definitivamente pleno de excelencia, emotividad y contundencia.
50 años de El juicio del siglo
También en el Teatro Trasnocho, y en una emotiva función privada, se pudo apreciar al Primerísimo actor Don Fernando Gómez, quien a sus 93 años de edad, aun continúa sorprendiendo por su versatilidad y dominio escénico.
El juicio del Siglo, es un monólogo que creó el actor en 1960 a partir de la anécdota judicial que sucedió en Chicago en 1924, acerca de la defensa, por parte del abogado norteamericano, Clarence Narrow, de dos jóvenes condenados a muerte por el asesinato de un niño. Gracias a su alegato defensor, Narrow logró que los implicados no fueran también asesinados, sino que les conmutaron la pena a cadena perpetua.
Ese alegato es el que escuchamos en dos actos a través de la altisonante y conmovedora voz del maestro Gómez. Pensar en el hecho escénico y todo lo que él puede generar en alguien que ha entregado su vida a las tablas desde su juventud y aun hoy en día cuando lo que debería es estar gozando de sus reconocimientos y fama por ser el actor venezolano vivo con más edad, nos entrega su pasión por el arte teatral dejándonos mudos y con un nudo en la garganta.
El cierre del primer trimestre de 2010, dejó buen sabor en la marquesina caraqueña, sin lugar a dudas, pese a las deficiencias presupuestarias y la falta de espacios de representación, Caracas estuvo llena de posibilidades escénicas que durante los meses de febrero y marzo complacieron a la audiencia que hasta ahora no cambia sus preferencias por la comedia.
Tania al desnudo
En febrero, Tania Sarabia, una de nuestras primeras actrices más prolijas del teatro venezolano, desde que se montó en las tablas en los años 70 de la mano de nuestro gran dramaturgo, actor y director, José Ignacio Cabrujas, no se ha bajado más y suma una magnífica carrera de éxitos que se ve demostrada en más de 30 años de labor.
Tania en pelota, se intitula este espectáculo que suma ya dos temporadas y va hacia su tercer ciclo. La Sala del Teatro trasnocho, albergó esta divertida disección de uno de los deportes más populares en Venezuela, el beisbol, de la mano de la periodista experta en estas lides: Mary Montes, quien a partir de su libro Mis barajitas, donde reúne las experiencias y crónicas beisboleras de una mujer que desde su infancia ha vivido dentro del mundo de la pelota, crea este monólogo que narra la historia de una niña, que ve su vida trascurrir ligada a los bates, pelotas, guantes, uniformes y en medio de un deporte eminentemente creado para hombres.
Bajo la dirección de Basilio Álvarez y producido por Jorgita Rodríguez, Tania en pelota, es una extraordinaria apuesta al teatro de comedia bien hecho, con cuidada producción, un sólido texto, una inteligente dirección que permite a la actriz lucirse y dar rienda suelta a su maravilloso histrionismo, comprobando una vez más por qué Tania Sarabia encontró definitivamente su don sobre esta tierra y ese es el hacer reír o llorar, en definitiva fascinar al público espectador desde las tablas.
Cuando hay que cumplir la voluntad
En la misma sala del Teatro Trasnocho, durante el mes de febrero, cumplió segunda temporada la pieza original de Enrique Bravo: Hágase tu voluntad. Un manifiesto acerca de la terrible enfermedad del cáncer en una mujer víctima de ésta y cómo junto a sus hermanas trata de prepararse para enfrentar el fin.
Bajo la dirección de Juan José Martín y la cuidada producción de Catherina Cardozo; Julie Restifo, Flor Elena González, Andreína Blanco y William Goite, dan vida a este drama que refleja una realidad que cada vez cobra más vidas en las féminas del mundo.
La correcta dirección de Juan José Martín, se evidenció no sólo en la puesta en escena, sino más determinante en la interpretación y dirección de actores. Aquí Martin supo sacarle el jugo a cada uno de sus histriones y explotar sus talentos.
El mayor acierto es la interpretación de Flor Elena González, su construcción de personaje y su destacado talento permitieron que ofreciera una performance magistral, que da cuenta de muchos años de labor en el teatro, el cine y la televisión, confirmando su madurez actoral y demostrando a productores y directores que el suyo, ha sido un talento en muchas ocasiones desperdiciado u olvidado, pero que en Hágase tu voluntad, se reivindica y esperemos que no deje de montarse en las tablas.
Ahora nos reímos de pie
En los últimos años Caracas y sus escenarios, se han plagado de “comediantes” que han dejado el micrófono de la radio, o la pantalla de televisión y han salido a vagar por la noche caraqueña para ofrecer distintas rutinas en vivo. Y cada vez ganan más adeptos, fenómeno de interesante estudio en tanto los espacios antiguamente reservados a piezas teatrales han sido ocupados por este tipo de espectáculos.
El que más sorprendió este año fue Enrique Lazo, con lazo y todo. Rutina de aproximadamente una hora y 20 minutos en la que el veterano locutor, cineasta y melómano venezolano, da rienda suelta a su fino humor y pone a reír al espectador contando las hazañas de su vida en situaciones insólitas que identifican al público con su idiosincrasia de ser venezolano. A diferencia de otros espectáculos similares, Con lazo y todo se yergue como una opción que demuestra el hacer las cosas con profesionalismo e innegable veteranía.
Cuando la tolerancia se transforma en disco.
Disco play, es el título de la pieza teatral escrita y dirigida por Darío Soto, estrenada en el Teatro Escena 8, publicitada como “Espectáculo teatral en contra de la homofobia”. Estelarizada por: Deive Garcés, Rafael Marrero, Christopher Peinado, Patricia Pacheco, Gabriel Agüero, Fernando Moreno, Johanna González, Adolfo Nittoli, Jesús Cova y Sheila Monterola, está estructurada en 7 cuadros donde el autor expone distintas situaciones y personajes de la realidad venezolana de la comunidad Gay, Lesbiana, Bisexual y Transexual (GLBT).
Disco Play ofreció la posibilidad de pasearse por un abanico de personajes involucrados en situaciones comunes y no tan comunes que muestran lo que pueden ser las costumbres y reacciones ante la vida de la comunidad GLBT. Temas como: Asumir la condición homosexual (“Salir del closet”); la rumba; la necesidad de un liderazgo gay en otros ámbitos de la vida ciudadana; las parejas ocasionales; la promiscuidad; el travestismo; entre otras, son la gama de temas recurrentes en la vida escogida de un (a) homosexual.
Darío Soto, en tanto escritor y director, tiene muy claro lo que quiere y así lo planteó sobre la escena, sus textos fueron inteligentes, corrosivos y llegó directo al espectador que se identifica rápidamente, porque el dramaturgo les habló en su mismo idioma. Su espectáculo escénicamente estuvo cuidado y bien estructurado, con algunos bemoles técnicos normales por los cambios de escenario para tantas representaciones de distintas obras en un mismo espacio
Aquí destacaron el trabajo cuidado de Adolfo Nittoli y Sheila Monterola, quienes llevan en sus hombros la historia en tono de drama de la que salen airosos y engrandecidos como profesionales de la actuación que son.
Entre Marzo y Abril, se estrenó en el Celarg la pieza teatral multimedia: Sexo, escrita por el alemán René Pollesch, esta pieza intentó hacer una reflexión desestructurada acerca de la comercialidad de las relaciones sexuales y se preguntó: ¿Cuándo compras sexo, compras sentimientos? ¿Si podemos comprar sexo, entonces podemos adquirir sentimientos de la misma manera?
Dos interrogantes tremendamente existencialistas que se planteaban los protagonistas de esta controversial pieza dramática que no intentó hacer una apología, ni contar una historia de principio a fin con conflictos dramáticos reconocibles, ni personajes que hilaran una historia concreta, más bien eran “momentos” de reflexión, que muchas veces se quedan simplemente dando vueltas en la cabeza.
Talía Falconi, Ana María Vallejo y el propio Francisco Denis, fueron los intérpretes encargados de llevar a cabo esta lectura audiovisual plagada de elementos técnicos, en tanto Denis, desde la dirección, decidió mezclar el arte teatral con el multimedia y el video en vivo (lenguaje acostumbrado ya por la agrupación en otros montajes): Cámaras, micrófonos, imágenes proyectadas bajo la técnica del Cromakey, en la que una pantalla unicolor de fondo verde, que permitieron proyectar cualquier paisaje en donde el director deseara ubicar a los personajes.
Del grupo resaltó la actriz de origen colombiana Ana María Vallejo, quien resultó la más clara en cuanto a interpretación de texto y quien desplegó su talento en un estupendo monólogo acerca de los terrores del capitalismo y su dominio.
También este año asistimos al estreno de la más reciente pieza de Javier Vidal en la Sala del Teatro Trasnocho y que se mantuvo en cartelera, rompiendo records de taquilla por más de seis meses: Ciertas condiciones aplican, fue el título y estuvo dirigida por el hombre de teatro Moisés Guevara, Director Artístico del Teatro Trasnocho y que en una puesta realista logró colocar a estos cinco personajes que reflejaron una desmedida y horadada burguesía caraqueña del siglo XXI.
Los intérpretes: Gerardo Soto, Antonio Delli, Hilda Abrahamz, Julie Restifo y José Miguel Dao, conforman un grupo homogéneo de veteranos en las tablas que hacen divertir al público. Destacan de sobremanera los planteamientos actorales de Antonio Delli, Hilda Abrahamz y José Miguel Dao.
El pasado 23 de junio se dio a conocer el fallo del Premio Municipal de Teatro de Caracas 2010, hoy por hoy el único galardón que se mantiene desde su creación en el año de 1.974 y que reconoce y exalta el trabajo de los hombres y mujeres del teatro profesional en Caracas. A partir de este veredicto, podemos hacer un análisis crítico de las piezas que triunfaron y de las olvidadas que en este segundo trimestre el año han dado de qué hablar en el ambiente escénico de la ciudad.
Cuando presenciamos la puesta en escena de la más reciente pieza escrita por Gustavo Ott, no tuvimos duda que este espectáculo merecía especial atención, al contarnos las historias de dos grandes damas del mundo de la cosmética: Helena Rubinstein y Elizabeth Arden y su eterna guerra por la conquista del mercado de la belleza.
Un texto épico hilado de manera fina por Ott, transforma esta pieza en una joya de nuestra dramaturgia que quizás debamos revisar en años posteriores por su estructura y contenido; y donde una vez más Gustavo Ott demuestra que no equivocó su profesión. Con un premio ya acuestas: la Cuarta edición del Concurso de Escrituras Teatrales Contemporáneas del Caribe, en el renglón de Obra no Francófona, Señorita y madame imprime nuevos aires de renovación a nuestra golpeada y descuidada dramaturgia nacional.
Verónica Arellano (Helena Rubinstein) y Valeria Castillo (Elizabeth Arden) cautivaron al público con el desmedido talento de cada una. El trabajo actoral se mostraba tan correcto que no se puede distinguir cuál de las dos estaba mejor. Es lo que se pretende cuando se quiere realizar un trabajo profesional y es lo que un intérprete se propone al realizar un compromiso tan delicado como es transformarse frente a los ojos del público en una mujer de 80 años a una de 18 años. El elenco lo complementaban: Irabé Seguías, Mariana Alviarez, Jennifer Morales e Ysandra González. Es gracias a esta perfecta conjugación de talento y profesionalismo que Señorita y madame, acumuló seis Premios Municipales.
Otra triunfadora fue Diana Volpe, primera actriz venezolana, se ha dedicado este año a sorprendernos por su continuidad sobre las tablas y sin descanso protagonizar y producir sendos montajes de la mano bien sea de su agrupación Hebu Teatro o del Teatro del Contrajuego. Durante 2010 acumula cinco montajes seguidos en la que la intérprete da rienda suelta al talento que Dios le dio, llevando al público venezolano lo mejor del teatro clásico y contemporáneo. Este trabajo constante e incansable es lo que ha provocado el éxito de sus producciones y el arrase en los galardones del Premio Municipal 2010, tanto con La noche de las tríbadas (que ya comentamos en su momento) como con la exquisita puesta en escena dirigida por Orland Arocha: Cuarteto, lectura escénica del texto del alemán Heiner Müler y que los coloca como la Mejor Producción de este año.
Por su parte Nortier y Volpe, no hacen otra cosa sino disfrutar de sus roles a plenitud, permitiéndole al espectador un goce pleno en cuanto a representación de personajes se refiere. Mordaces, irónicos, irreverentes, crueles, arriesgados, comprometidos y desenfadados, los dos actores hacen de las suyas concretando un sólido trabajo de interpretación que los coloca en el sitial de una de las mejores producciones hasta ese momento vistas en el año.
Aunque no entraron en los finalistas de esta edición del Premio Municipal de Teatro de Caracas, Nueve huecos, la más reciente pieza de Xiomara Moreno Producciones, escrita y dirigida por Javier Moreno, creemos fue la gran olvidada del galardón de este año, en tanto creemos que pudo contarse entre los textos de teatro venezolano que se estrenaron y llamaron poderosamente la atención.
En este diálogo, Moreno plantea la relación masoquista de un hombre y una mujer, en donde la segunda obliga al primero a convivir bajo sus reglas, sin derecho a preguntar ni siquiera el por qué de la invasión. Un texto dramático pleno de referencias a nuestra realidad actual como sociedad, en la que no sabemos realmente qué es nuestro y cuándo podríamos perderlo. Moreno sublima, refleja y hace una disección, a través de una genial estructura, partiendo de los nueve orificios que posee nuestro cuerpo, plantea la destrucción de esta pareja, parangonando esta realidad individual con la realidad externa. ¿Hasta dónde llegan los límites? ¿Hasta dónde puedo invadir y robar el espacio del otro? ¿Quién me da la potestad de irrumpir en la vida de otro ser humano y despojarlo de todo?
Son interrogantes que se lanzan al ruedo en este exquisito texto dramático que lleva a escena el mismo Javier Moreno, en una puesta sencilla, donde importa más lo complejo del drama escrito y dicho por los actores, que la espectacularidad de la escena.
Entre Junio y Julio
Junio y Julio, dieron paso a la nueva lectura y revisión de dos grandes poetas universales, por un lado el Grupo Contrajuego, presentó una nueva lectura del clásico contemporáneo español La casa de Bernarda Alba, bajo la batuta del maestro Orlando Arocha, paralelo a ello en el Teatrino del Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, se mostró el único diálogo escrito por el gran poeta lusitano Fernando Pessoa intitulado Marineros que en esta oportunidad fue llevado a escena por el Primer Actor Germán Mendieta.
Marineros, es un particular texto teatral, más que teatral es un poema dialogado, profundamente existencialista, en el que tres seres femeninos deambulan por sus mentes narrando historias oníricas que las hacen pasar el tiempo, desde la madrugada hasta el alba, estas mujeres intentan comunicarse, hacerse compañía, viviendo en un limbo ininteligible e inconcreto. El amor, la soledad, los sueños, la vida son arrullados por el mar.
Las actrices encargadas de interpretar este difícil texto, en tanto carece de acción teatral concreta, y se concentra en la imagen poética, son: Karla Fermín, Cristina Klatt y Olivia Parra, tres portentosas actrices que dan muestra del placer de la palabra en escena. Inteligentemente Mendieta se apoya en el buen decir de sus féminas y la poderosa presencia que proyectan. El director, juega de forma creativa, concretando una puesta en escena sencilla pero contundente, sacando acciones de donde no las hay y obtiene un resultado que más que hermoso resulta placentero. Como él mismo afirma en el programa de mano: “volver a creer en el teatro de verdad, sin truquitos, ni falsedad”. En síntesis otro logro del Laboratorio Anna Julia Rojas ¡Bravo!
El poeta granadino
Federico García Lorca, volvió a ser representado, sus letras nos volvieron a conmover, más cuando se interpretan de manera correcta y con el sentido de lo que se quiere decir claro y diáfano. Esto ocurrió en la reciente lectura que hizo el director Orlando Arocha del clásico La Casa de Bernarda Alba, por antonomasia su obra de más fama y la más representada en todo el mundo.
Arocha logra concretar una puesta en escena exquisita, de altura que fortalece y le cambió la cara a nuestra marquesina caraqueña, en tanto propone una lectura plena de símbolos y sutilezas que permiten saborear gustosamente cada detalle. Unas hijas que lejos de inspirar ternura dan lástima, por lo que les pasa y por sus aspectos de monstruos amargados, por la férrea vida que les ha dado esa tirana que es la madre. Aún así y para hacerlo más terrible, Arocha apoya este imaginario de los campos ibéricos, con la tradición latina y entre boleros que entonan estos engendros, para tratar de ser un poquito felices, va acechando la tragedia.
La planta actoral lució nivelada, y sobresalieron los trabajos de Hayde Faverola como La Poncia, Gladys Seco, dando vida a la desesperada Martirio, con la maldición de encarnar físicamente la malformación y la fealdad y Diana Volpe en Bernarda, da un giro al personaje presentándonos un carácter más interno que de costumbre. No podemos dejar de lado el desempeño de Antonieta Colón como María Josefa (madre de Bernarda) un derroche de impactante interpretación de la encarnación de la locura que invade esta casa.
Luego en Agosto y Septiembre, la dupla Rebeca Alemán e Iraida Tapias, volvieron a hacer de las suyas, para entregarnos el más reciente montaje que se conoce del teatro profesional venezolano, acerca de una lectura escénica del clásico español La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca. Que se estuvo presentando hasta el domingo 5 de septiembre en la Sala de Teatro Luisela Díaz, del Caracas Theather Club, de San Román.
El hecho de convocar para el casting principal a reconocidas actrices de nuestra televisión ya es un gran acierto de esta propuesta, en el sentido de saber manejar el marketing de una pieza tan difícil y considerada un clásico del teatro hispanoamericano.
Es un acierto, en tanto el público, aunque ni idea tenga quién es esa señora Bernarda y mucho menos quién es Lorca, acuda por el respaldo de un elenco reconocido, encabezado por la Primera Actriz Carlota Sosa. Esta pericia es plausible desde todo punto de vista e incluso ya lo habíamos escrito en nuestras columnas cuando señalábamos la necesidad de aprovechar el poder de convocatoria de los actores de “cartel” para montar textos más comprometidos que las comedias superficiales que abarrotan las salas hoy en día.
El dibujo escénico de Iraida Tapias, apostó por la sencillez, aunque genera alguna confusión en el espectador en cuanto a ubicación de salidas y entradas que identifiquen los espacios internos y externos de la casa, pero nada grave que tumbe un logrado espectáculo.
En síntesis un espectáculo redondo que apostó y logró la convocatoria que se esperaba, pero más allá de eso impacta al público acostumbrado a la risa fácil y le ofrece un producto de calidad con un sólido texto dramático y una pensada puesta en escena, con una limpia producción de manos de Rebeca Alemán para Water People, abogamos porque sigan propuestas de este tipo.
Se inauguró el teatro Premium en los naranjos, Bajo la dirección artística del hombre de teatro Basilio Álvarez, las artes escénicas venezolanas conquistaron un espacio en el Este de la ciudad. Una tacita de plata, al estilo de la Comedie française, en pequeño formato es esta sala que alberga doscientos puestos para disfrutar del mejor teatro producido en nuestro país.
Para celebrar este acontecimiento, el grupo Actoral 80 retomó su ya estrenada comedia dramática Brujas, del español Santiago Moncada, versionada por el argentino Luis Agustoni, con un remozado elenco de primeras figuras: Violeta Alemán, Fabiola Colmenares, Beatriz Valdés, Amanda Gutiérrez y Francis Romero, bajo la dirección de Héctor Manrique y la producción de Carolina Rincón.
Alejados de la chavacanería y de la risa fácil que es a lo que nos tenía acostumbrados el teatro caraqueño, este montaje goza del buen decir y brinda al público el privilegio de ver a nuestras veteranas haciendo alarde y despliegue de su extraordinario talento. Para Héctor Manrique debe haber sido un placer dirigirlas, pues se nota la integración y la solidez de cinco féminas que van in crescendo en paralelo de la comedia al drama hasta la reflexión, sin dejar un minuto de respiro para el espectador, que las acompaña y ovaciona, no podría ser de otra manera. ¡Gran apertura para este nuevo espacio!
Rajatabla comenzó la celebración de sus primeros 40 años de vida artística y qué mejor manera que con el montaje del más reciente texto dramático del reconocido dramaturgo venezolano Elio Palencia: Promoción Honor a mis padres. Esta tragicomedia con sabor a costa venezolana, mostró el patético retrato de una sociedad marginal plagada de sueños que pocos pueden llegar a consolidar. 7 graduandos del liceo “los Símbolos Patrios” de un pueblo costero de nuestro país se van a la playa para celebrar el logro, entre alcohol, sexo, tambores y deseos de conseguir una vida mejor.
Dirigidos por Rufino Dorta, de quien creemos se graduó como puestista profesional con esta osado y divertido montaje, en donde los códigos teatrales se rompen para ofrecer al espectador una dinámica pieza multi-focal, aderezada con el sabor de la música folclórica venezolana que inunda las costas de nuestro país. Dorta supo conducir a estos jóvenes recién egresados del Taller Nacional de Teatro (TNT) Centro de formación que mantiene Rajatabla y donde se instruyen las generaciones de relevo de las artes escénicas en Venezuela.
El sueño de Pessoa
La dramaturga y directora Katty Rubens creaó un cuadro vivo de reminiscencias que nos invitó a penetrar el mundo íntimo del poeta lusitano Fernando Pessoa. Como todos los poetas su atormentada vida creativa, plena de imágenes, permitieron a la autora conducir al espectador a un mundo onírico, sencillo, arrullados por la canción de la nostalgia y la esperanza que es el Fado portugués.
Un espectáculo en pequeño formato, íntimo, cuidado y limpio, que dejó un sabor a nostalgia y atardecer en altamar, digno de ser visto por todos los caraqueños y la comunidad portuguesa de nuestro país.
La nueva lectura escénica de la pieza de Mariela Romero: Esperando al Italiano, dirigida por Tulio Cavalli, se engalanó con un elenco de veteranos, encabezados por Caridad Canelón, quien en el papel de Rosalba, da rienda suelta a su gran don, no sólo en una excelsa interpretación, además contaba con la actuación de Carolina Perpetuo, Dora Mazzonne, Hernán Marcano, y la Primera Actriz Marisol Matheus, quien personifica a la doméstica, una ordinaria y fisgona, que pone la nota de comedia a este drama “ochentoso” que junto a la nostalgia de la época y a lo insólito de la anécdota contada, permitió al público regodearse en una contundente identificación con lo que ve, para arrancar vítores y aplausos desde la platea del Teatro Trasnocho y que bajo temporada en Diciembre.
En Septiembre, Talento Femenino, la agrupación que lidera la productora Jorgita Rodríguez, volvió a sorprendernos con su lectura escénica de la mano del veterano director de tv y cine, Luis Alberto Lamata y las interpretaciones de Gledys Ibarra y Rafael Romero, gracias al montaje de la pieza Hombres en escabeche, original de la dramaturga Costarricense, Ana Istarú.
Con tres temporadas en Caracas, este recorrido por la vida amatoria de su protagonista femenina, se nos presenta como una radiografía acerca de la afectividad femenina y su tránsito por los laberintos del amor, desde la infancia hasta la madurez.
Gledys Ibarra, se muestra sencilla, justa, clara y absolutamente orgánica, sin pretensiones de “espectacularidad” y eso es lo que la engrandece en el escenario; su decir, conmueve, sus acciones y reacciones hacen un guiño cómplice no sólo al espectador femenino, sino a los hombres que dejan asomar una risa pícara, porque ellos también han pasado por “eso”, amén de su presencia escénica que es un placer. Por su parte Rafael Romero, sentimos está en su mejor momento como intérprete, ha madurado y es hoy por hoy un actor dúctil, versátil, pleno de matices.
El último trimestre del año nos regaló sendas propuestas llamativas y “espectaculares” en el sentido exacto del término, nos referimos al musical Cabaret, que fue estrenado por Magno Producciones y la Compañía Lily Alvarez Sierra, de la mano de César Sierra como director. Un espectáculo de altura que demostró en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño que cuando los venezolanos sabemos lo que hacemos y además contamos con el profesionalismo y el ojo agudo del buen teatrero, no podemos obtener otro resultado sino el éxito. De este espectáculo sorprendió su cuidada puesta en escena, las interpretaciones de Luis Fernández y Francis Rueda se llevaron todos los aplausos de la sala, al igual que Naty Martínez, Adrián Delgado y Karl Hoffman. Al mejor estilo de Broadway esta lectura de Cabaret enaltece las tablas venezolanas, esperemos que continúen los proyectos de este tipo.
Otro de los acontecimientos escénicos de fin de año fue la propuesta de Oscar Gil del Teatro Party- Sueño de una noche de verano, espectáculo que encabezaron Antonio Delli y Enma Rabbe y en donde se demostró una vez más que cuando se quiere se puede. El público disfrutó de nada menos que un texto Shakesperiano en medio de una fiesta plagada de efectos especiales, bailarines, dj’s y una cantidad de divertimentos que bajo el amparo de una carpa instalada en el estacionamiento del Centro Comercial San Ignacio, cautivó y acercó a un clásico de esa envergadura a los jóvenes noctámbulos de Caracas. Desde hace ya un tiempo que no veíamos este despliegue técnico cuando apreciábamos los recordados Festivales Internacionales de Teatro de la ciudad. Esperamos que en 2011 se retomen este tipo de iniciativas y pensemos más en acercar al público a los dramaturgos más comprometidos y trascendentes del teatro universal.
No queremos cerrar este resumen anual, sin mencionar el cuidado y profesional trabajo de Hebu Teatro que de las manos de Juan José Martín, nos trajo la premiada pieza norteamericana: Buenas Noches Mamá, estelarizada por Diana Volpe y Dag Dáger, una estupenda forma de cerrar el año 2010 que ofreció en el Teatro Trasnocho un despliegue de sólidas actuaciones, conmovedoras interpretaciones de textos y una exquisita dirección de arte. Definitivamente el teatro venezolano muestra, pese a los escollos de producción que puedan existir una cara esperanzadora que promete un 2011 inolvidable.
Los mejores de 2010:
Como acostumbramos todos los años esta es nuestra propuesta de los hombres y mujeres que marcaron la diferencia en sus propuestas profesionales en el teatro caraqueño y los premiamos con nuestro aplauso admiración y reconocimiento público:
Mejor actriz: Dag Dáger por Buenas Noches Mamá.
Mejor Actriz de Reparto: Flor Elena González por Hágase tu voluntad.
Mejor Actor: Ricardo Nortier por El Cuarteto.
Mejor Actor de Reparto: Rafael Romero por Hombres en Escabeche.
Mejor escenografía: Oscar Salomón por Buenas Noches Mamá.
Mejor director: César Sierra por Cabaret
Mejor producción: Magno Producciones por Cabaret.
Mejor texto original: Elio Palencia por Promoción Honor a mis Padres./Javier Moreno por Nueve huecos.
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